El noviazgo
El noviazgo implica una relación de dos, Una entrega reciproca.

El noviazgo se funda, necesariamente, en un amor fiel, único y profundo, amor de dos seres que esperan el momento en que habrán de unir sus vidas con un sí ante Dios. El noviazgo permite que dos seres se conozcan en sus valores y defectos, aprendan a amarse y respetarse mutuamente, y se preparen para que en un futuro más o menos inmediato conformen una familia. Hacer una experiencia cristiana del noviazgo implica aprender entonces a amar, compartir, conocerse, crecer, renunciar a algunas cosas, caminar juntos. Es ser responsable de la propia vida en una preparación de a dos.

El matrimonio: Alianza de amor
Desde el momento que un hombre y una mujer se aman, se unen en matrimonio, y lo hacen en el orden moral que corresponde, entran en el plan de Dios. Solo Dios tiene derecho a unir al hombre y la mujer en matrimonio, solo Dios puede facultar a ambos, a ceder su libertad, a favor del otro y así disponerse el uno para el otro. La consagración del matrimonio, se realiza por mutua donación, por el Sí sacramental que sella a ambos en la unidad para todo el curso de su existencia. Todo católico y católica que se unen pidiendo la intervención de Dios, reciben su gracia y bendición. Gracia y bendición que son otorgadas por la intervención de la Iglesia. El matrimonio cristiano tiene las características de una alianza de amor, de los esposos entre sí por un lado, y de los esposos y Dios, por el otro. Los esposos cristianos están llamados a reproducir y hacer presente en el mundo, el amor divino que se manifestó de un modo insuperable en Jesucristo. Su amor es atención al otro, sacrificio y entrega definitiva. El amor conyugal, es irrevocable.
Cristo proclamó la indisolubilidad del matrimonio, habiendo sido interrogado sobre el divorcio, dijo: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán un solo ser; de modo que ya no son dos, sino un solo ser. Que el hombre no separe lo que Dios a unido” (Mc. 10,6-12). Todo verdadero amor quiere durar para siempre, ninguna pareja llegará a una felicidad duradera si abandona ante la primera crisis y sin luchar, el camino que iniciaron juntos. El amor conyugal deber ser fiel y exclusivo.

Dice Jesús citando la Escritura: “Serán los dos un solo ser”. Esto significa que, más allá de la unión física, ambos se unen en un solo espíritu, en un solo corazón. El matrimonio reclama la unidad y exclusividad: un solo varón con una sola mujer. Amor y fidelidad van siempre juntos. La fidelidad protege al amor. Quien ama de verdad guarda su cuerpo, lo mismo que su corazón para la persona amada. El amor conyugal es compromiso. El amor de los esposos debe ser generoso, para compartir una vida en armonía, los cónyuges deberán saber aceptar sus defectos e imperfecciones esforzándose por superarlas. Amar a un cónyuge imperfecto, comprenderlo y perdonarlo, es una verdadera prueba de amor. San Pablo en su carta a los corintios define al amor como algo sublime y de una entrega total: “El amor es paciente, es servicial, no busca su propio interés... El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Cor. 13,4-7)

El llamado de Dios
Dios llama a todos a entablar una amorosa amistad con Él, y es el único modo de ser felices de verdad. Los esposos se deben ayudar el uno al otro a avanzar en este camino que los lleva a la felicidad y a la santidad. Dios invita a los esposos a que sean colaboradores suyos en el acto de comunicar la vida. Y transmitir la vida y el amor de Dios, no se agota en engendrar hijos. Comunicar la vida es desarrollarla en sus múltiples aspectos, es encaminar a los hijos hacia una vida cada vez más rica, educándolos con responsabilidad. Sacramento del matrimonio, instrumento de amor. Los Sacramentos son signos de amor que Dios utiliza para acercarse y vivir en comunión con los seres humanos. Y especialmente en el Sacramento del matrimonio. Dios los elige, llama y espera algo de esos esposos que asumen ante el altar y ante Él, un compromiso, el de amarse, respetarse y protegerse, hasta que la muerte los separe:Jesús nos dice. “ No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”. (Jn. 15,16)Y nos dice que si creemos en Él y permanecemos aferrados a Él, daremos valiosos y duraderos frutos de amor, y seremos partícipes de la construcción de su reino aquí en la tierra.

Oración de los esposos
Señor, haz de nuestro hogar un refugio de tu amor. Que no haya ofensa, porque Tú nos das comprensión. Que no haya rencor, porque Tú nos das el perdón. Que no haya amargura, porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo, porque Tú nos alientas. Que no haya abandono, porque Tú estás con nosotros. Que sepamos caminar muy juntos, abrazados a ti. Que cada mañana sea un nuevo amanecer de entrega y sacrificio. Que cada noche, nos traiga, más amor de esposos. Que nuestro amor, sea un motivo para amarte más.

Consultas para sacrametos: sacramentos@natividad.org.ar