El mejor combustible: la Fé (2011).

Espero que estés bien y que hoy tengas un hermoso día. Hoy, y de ser posible, siempre. Una vez más le pedimos un pedacito de tiempo al tiempo para encontrarnos a través de las páginas de este libro.

Como ya lo sabes, cada vez que ocurrió algo importante en mi vida quise trasmitírtelo y compartirlo. Pronto cumpliré 33 años de sacerdocio, y tu fe ha sido mi sostén. Tu compañía fue y es muy preciada por mí. Tu esperanza me alentó y tu alegría y tu dolor me movilizaron a obrar.

Como siempre, espero que las palabras expresen todo el sentir de mi corazón y que lleguen al tuyo como un bálsamo reparador. Ninguna distancia es demasiado extensa si media entre los dos polos el deseo del encuentro. Mi intención, cada vez que me acerco a ti de esta manera, es tratar que encuentres esa respuesta que buscaste por largo tiempo, que puedas resolver esa duda que algunas veces te quitó el sueño y que sepas que: “todo es posible en la medida que así lo creas” y en la medida que hagas todo lo que esté a tu alcance por lograrlo, con fe creciente y la convicción que hagas todo lo que esté a tu alcance por lograrlo, con fe creciente y la convicción que Dios te acercará a todo aquello que sea para tu bien en el momento justo. No olvides jamás el mensaje de Jesús: “Cuando pidas algo en la oración creed que lo recibiréis”